Danzad, danzad malditas (1)

Danzad, danzad malditas (1)

dimarts 17 de febrer 2015 - 18:00 a dilluns 11 de maig 2015 - 12:00
Danzad, danzad malditas (1)

Hay otros mundos, pero están en este. (Paul Éluard)

 

Bien, bueno, bien. Ya va siendo hora de que examinemos con cierto detenimiento  las partículas elementales, las entidades más pequeñas de la naturaleza, que no disponen de estructura interna y que son, les recuerdo, las protagonistas de este blog. Sí, me refiero a esas chicas rebeldes y extravagantes, que circulan como locas por las vastas, laceradas y vacías praderas de ese frenético micro universo.

En el principio fue Demócrito. Nos dejó escritas ideas muy interesantes: Estos átomos se mueven en el vacío infinito, separados unos de otros y diferentes entre sí en figuras, tamaños, posición y orden; al sorprenderse unos a otros colisionan y algunos son expulsados mediante sacudidas al azar en cualquier dirección, mientras que otros, entrelazándose mutuamente en consonancia con la congruencia de sus figuras, tamaños, posiciones y ordenamientos, se mantienen unidos y así originan el nacimiento de los cuerpos compuestos. Este filósofo y matemático fue el primero en concebir la materia como una agrupación de partículas infinitesimales a las que llamó a-tomos, no divisibles; las unidades más pequeñas de materia. Y salvado las distancias que se tengan que salvar y las diferencias que se tengan que establecer, su visión sobre la materia no deja de tener cierta actualidad. Así que, al igual que en tantos otros campos del conocimiento, los griegos nos han transmitido un legado valiosísimo, que forma parte esencial de nuestra civilización occidental.

Metamos la cuchara. Actualmente se conocen unas 150 partículas subatómicas, que podrían aumentar a 250 en un futuro no lejano. Muchas de ellas tienen una vida increíblemente efímera, y es una auténtica lata aprenderse todos sus nombres. Creo que fue Fermi el que al preguntarle un alumno sobre el nombre de una partícula específica le dijo: Joven, si tuviera memoria para saberme el nombre de todas las partículas, me habría hecho botánico. En consecuencia, me centraré en las fundamentales.

Bueno, el sistema pone la ilustración donde le rota. En la bonita bonita ilustración de arriba se ve del mundo atómico y los subproductos que nos interesan:  los quarks y los electrones  Hay muchos más bichos y tal, pero retengan esos dos nombres, de momento. Obsérvese también que en el futuro aparece un interrogante. Con él se quiere dar a entender que tal vez los quarks o los electrones podrían contener partículas aún más pequeñas.

¿Cuál es el límite en lo infinitesimal, pues? La pregunta es claramente filosófica, ya que la lógica nos dice que la materia, por muy pequeña que sea, debe contener unidades, estructuras y porciones materiales más pequeñas aún. O no…Primera ley cuántica para humanos: aplicar la lógica en el estudio del mundo subatómico es como pretender que te toque la Primitiva sin jugar.  Para salir del paso, y también para soslayar preguntas incómodas, los físicos hablan de la longitud de Plank como la medida más pequeña de la materia, por debajo de la cual no sé sabe qué demonios pasa y en qué lugar pasa y porqué pasa, pues en ella no encajan las reglas de la física. ¿Que cuánto mide esa longitud? Vaya, quería pasarles la fórmula que la calcula, pero el sistema no me deja. Esa longitud mide algo parecido a un 0’ (seguido de treinta y pico de ceros) y un 1 metros.

Si alguien puede hacerse una idea de una longitud así, debería presentarse al Guinness, sección de imaginación desaforada. Dicho sea de paso, con relación a esa longitud se define el tiempo de Plack; o sea, el tiempo que tarda un fotón (que viaja a casi 300.000 kilómetros por segundo en el vacío) en recorrer la longitud de Planck. Excuso decir que ese tiempo también corresponde a un cero coma y un porrón de ceros antes de llegar a un uno (en segundos). Por debajo de esa  medición temporal, las cosas se ponen crudas para el científico, pues al parecer el tiempo ya no se comporta como sería de prever en un caballero tan preciso. Conclusión general: se llega a un límite a partir del cual se extiende el reino de la irrealidad, el caos más absoluto y la irrealidad fantasmagórica y terrorífica.

Hoy hay premio. Ahí va una canción que nos retrotrae al estimulante y simpático mundo de la escuela:

https://www.youtube.com/watch?v=YR5ApYxkU-U

 

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Sobre l'autor

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Salvador Martínez. Jubilado inquieto y curioso, que se pasea por una de las más apasionantes fronteras del conocimiento humano. Ante notario ha dejado escrita la frase que debe esculpirse en su lápida funeraria: "Aquí yace un tipo que dedicó su vida a comprender este mundo y sus alrededores. Fracasó."
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