La Eternidad se hace pesada, sobre todo al final

La Eternidad se hace pesada, sobre todo al final

dissabte 17 de juny 2017 - 18:30 a dimecres 04 de desembre 3450 - 03:15

 

https://www.youtube.com/watch?v=6QySIDiRke4

(En este bonito y corto vídeo se representa la expansión del Universo, que sería supralumínica y creando él mismo su propio espacio. De manera que las galaxias no se alejarían entre sí, sino que sería el espacio entre ellas el que aumentaría con esa expansión. Con todo, está visión no está exenta de polémica y matizaciones gordas).

En el anterior artículo daba un repaso a la dificultad de definir el tiempo y tal, y hablaba de la utilidad del tiempo tic-tac para ordenar nuestra visión del Mundo.

Para el día a día, pues, hemos ideado un práctico sistema para medir los movimientos en cadena, en el que cada movimiento es consecuencia del anterior y a su vez causa del siguiente. El tiempo, visto así, quedaría establecido como una unidad de medida, que se encarga de medir las secuencias de sucesos, sus movimientos. Sin movimiento no hay tiempo, ni espacio, por supuesto. La cosa queda más asentada si introducimos la entropía en la contabilidad temporal (Hawking). La entropía marca, corto y raso, el proceso por el cual la materia tras cada cambio dispone de menos energía utilizable/disponible; aquélla se deteriora más y más y hace aumentar el desorden universal. Tomemos como ejemplo la vida de un ser humano, desde que nace hasta que muere. Pasemos a gran velocidad la película de su vida y veremos cómo se va degradando paulatinamente, y sus sistemas se hacen más desordenados -aparición de verrugas, fístulas anales o artritis, un suponer. Su desgaste, y deterioro aumentan en proporción al avance de la película, en la dirección a su muerte. Todo ello marcado por una pérdida constante de energía útil. Pues asines to lo vivo y lo inerte.

En cambio, si pasamos rápidamente la película al revés, observaremos el comportamiento de la entropía en sentido contrario: de más desgaste y menos energía a más energía y menos desgaste. Pero aquí no acaba la cosa. Ni mucho menos. Al filmar la actividad de un electrón, observaremos que sucede lo mismo si la pasamos hacia adelante que hacia atrás (algo así como la temporalidad directa y la inversa). O mejor, que el tiempo no le afecta. Ya tenemos otro elemento de reflexión: si en el mundo macro el tiempo se liga al espacio y al movimiento apuntando una dirección (entropía), y se manifestaba como relativo, en el mundo micro –mundo subatómico), parece no existir el tiempo, al menos en el sentido y dirección que le conferimos en tanto que flecha de la entropía. Al electrón le importa un carajo que su película vaya p’alante o p’atrás: siempre es el mismo electrón, lozano y dinámico. A su bola total. ¿Vamos bien? ¿Hacemos una paradita y nos ventilamos un poco?

Si no quieren esperar tanto tiempo para comprobar los efectos de la entropía, tomen un jugoso y verde tomate y déjenlo en un plato diez días. Con el paso de los días, se va degradando y se convierte en una pansa pútrida. Insisto: así el tiempo sería la flecha de la entropía, que se mueve en la dirección del desgaste, de la degradación de los sistemas (en ambos casos, sistemas vitales). Es decir, que lleva una contabilidad de los movimientos de los cuerpos en una precisa dirección: de menos-desgaste-y-orden a más-desgaste-y-desorden. Bueno, no está mal está visión, además se ajusta perfectamente a la que tenemos nosotros de un antes, un después; y de nuestro propio deterioro en tanto que vamos de los antes energéticos a los después menos energéticos. Pero estamos viendo que ese no es el único tiempo (o su única expresión): en la dimensión macroscópica –gigantescos espacios y energías- existe un tiempo cosmológico (ligado a la expansión del Universo); y en la microscópica el tiempo es imperceptible y/o funciona como le rota.

El vector temporal cosmológico marca la dirección de la expansión del Universo. En efecto, si cogemos la evolución del Universo desde su dramático nacimiento hasta hoy, veremos que hay una línea de movimientos ligados unos con otros, formando una cadena lineal. Peeeero, ojo al dato: parece que el Universo se expande a una velocidad superior a la de la luz, por lo que el tiempo se iría al carajo. ¡Ándale!  Respecto a los bichos que se mueven por su interior a velocidad infra lumínica la protagonista es la dialéctica (movimiento) entre gravedad y termodinámica. En términos científicos: Tiro p’adentro pero me quiero ir pa fuera. Y ahí el tiempo no solo es relativo, sino que, y para nuestra desazón, no podemos determinar cuál es su coordenada tiempo en la malla espacio-tiempo.

Volvamos a la entropía, pues nos remite a otra manera de visualizar el tiempo. La diferencia entre pasado y futuro –el presente es solo una ilusión inmedible- solo existe cuando hay calor circulando de los objetos calientes a los fríos (Carlo Rovelli). La transferencia de calor, pues, sería equivalente al tiempo. Una visión inteligente e impactante. Sin embargo, parece que hemos dado la vuelta por Segovia para concluir lo que vengo diciendo: ese trasvase del calor es consecuencia directa del movimiento, me da igual la escala elegida-; y este es lo más parecido al tiempo. En otras palabras, sin movimiento –ningún tipo de movimiento, ¿eh?- no hay na que rascar.

Alan Parsons Project​ fue un grupo de rock progresivo y conceptual, que se ganó el respeto de los aficionados.

https://www.youtube.com/watch?v=NNiie_zmSr8

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Sobre l'autor

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Salvador Martínez. Jubilado inquieto y curioso, que se pasea por una de las más apasionantes fronteras del conocimiento humano. Ante notario ha dejado escrita la frase que debe esculpirse en su lápida funeraria: "Aquí yace un tipo que dedicó su vida a comprender este mundo y sus alrededores. Fracasó." Y otra debajo: "Es la primera vez que hago un viaje sin tener ni idea de adónde voy"
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