(En este bonito dibujo, vemos un saurio que no parece estar de buen humor. Si existieran hoy día, nosotros no esaríamos aquí, ni allá).

 Muy buenas. Ya tenemos nuevo emperador, el Trump​, que tiene pinta de secuela del Calígula​. Bueno, dejemos estas tribulaciones y vayamos a lo nuestro, que también tiene tela. En el artículo anterior dejaba constancia de que la vida vital apareció a partir de materia inerte -carbono, nitrógeno, hidrógeno oxígeno, fósforo...- en forma de biomoléculas que denominamos proteínas, las cuales incluyen un libro de instrucciones -el genoma,​ que se expresa mediante el ​ARN y el ​ADN- para replicarse por el elemental sistema de la ​división celular. ¡Bingo!

Otra característica interesante del follón es que la vida presenta una unicidad básica, que anida en todas las formas de vida. Todo lo vivo utiliza los mismos ácidos nucleicos, compuestos por las mismas moléculas, de acuerdo con las mismas reacciones químicas (Arsuaga). Y ahora una pequeña reflexión de mi cosecha. Los últimos escalones de la materia que conforma todo lo que hay, es la misma: quarks (unidad más pequeña de materia) y electrones. Y eso que parece una tontería tonta, es fundamental. Lo que diferencia un dromedario de la calcita es, en último término, y fundamentalmente, la diferente cantidad de protones y electrones que tienen los átomos -compuestos por quarks y electrones, básicamente-, , y su vinculación con otros átomos para formar las moléculas de todo tipo de cosas, inertes o vivas. Iré más lejos: los quarks y electrones que componen sus cuerpos serranos, en su día, ya remoto, estuvieron en el interior de las estrellas. Y la posibilidad de que esos quarks llegaran a materializarse en sus cuerpos, es de, a ojo de buen cubero, 1 elevado a menos un billón de billones a la billonésima potencia y finalmente un uno cocido. Más difícil que hacer pensar al Paquirrín. ¿A que es bonito? Por tanto, se hace muy difícil pensar que un señor todopoderoso dijera al Principio: Con ese billoncejo de billoncejo elevados a la billonésima potencia de quarks, y con el tiempo y una caña, haré al vecino del cuarto primera. (El que deja que su perro se mee en los descansillos). Pues eso. También dije que la gran revolución de la vida fue pasar de las primeras células, muy primitivas, a las evolucionadas, capaces de unirse para formar organismos cada vez más complejos y diversos. Eso nos colocó a medio camino del Infinito. Los primeros bichos se mueven en medios acuáticos, bien sea en mares o en charcas. Algunos de ellos fueron cubiertos por los fondos limosos, lo cual dejó una huella de su paso por este mundo traidor. Las condiciones atmosféricas no permiten la floración de la vida en la tierra emergida. Habrá que esperar hasta que esas condiciones sean favorables y, sobre todo, a que las algas​ escupan oxígeno por un tubo a la atmósfera.

El establecimiento del eje ​delante-detrás​ fue otro paso importantísimo para la movilidad de las células y su configuración morfológica y funcional. Otro salto de calado nos lleva a la concreción de una boca, por la cual los bichos nos alimentamos. Lo de la boca tiene su punto, pues conlleva un ano por el que se expulsan los subproductos de la digestión de los nutrientes. A poco que observen, comprobarán que la boca de ustedes mismos está en un extremo del cuerpo, y el ano en el otro. Explicación: esto es así para evitar que los primeros animales tragaran sus propios desperdicios. (Personalmente opino que muchos de esos arqueo-organismos debieron desaparecer por tener la boca muy cerca del ano. RIP). Difícilmente encontrarán un tipo que tenga la cara donde se coloca el culo y viceversa. Tan pintoresca posibilidad nos conduce a la famosa sentencia: ir de culo, de amplio significado, excepto en biología.

Habamos de organismos pluricelulares, de complejidad creciente y diversidad no menos creciente. Los primeros -y segundos- animales tiran p’alante guiados por los ojos y otros órganos sensoriales que transmiten a la sesera las señales  La boca está situada en medio de algo también novedoso en su momento: la cara, y ésta en la cabeza. Ese conjunto incluye el centro de control nervioso, el cerebro o CPU o sistema nervioso, los ojos en posición central, y demás modificaciones importantes. Y su posición es avanzada en relación al sentido de la marcha: adelante-atrás. Ah, y ya disponemos de los órganos de los sentidos, vitales para desenvolverse por el medio y sobrevivir en él. Ahora es el bicho el que se dirige hacia la comida –hacia adelante- guiado por su cabeza, los sentidos y su código genético (un microbio no hincará el diente en un trozo de granito, por ejemplo). La cosa de la vida se reduce a localizar alimento y tragarlo (Arsuaga). que captan del exterior. Fundamentalmente las relativas a la comida, a los depredadores y a la procreación. La sesera procesa la información y actúa en consecuencia, siempre la misma consecuencia, pero actúa; y esta es una diferencia tan sencilla como fundamental respecto a la materia inerte. Puestas así las cosas, parece ser que nuestro ancestro animal más antiguo fue un humilde y sarnoso gusano (unos 1.100 millones de años de nada). Ya ven: algunos alardean de nobleza, casta y tronío, cuando lo cierto es que descienden de un simple gusano, como todo hijo de vecino… Todo eso lo sabemos gracias a la aplicación a la investigación de lo que se conoce como reloj molecular. Corto y raso: este mecanismo de análisis permite ir hacia atrás en el tiempo, remontando millones de mutaciones hasta llegar a un ancestro primigenio. Como ya he dicho anteriormente, a medida que remontamos millones y miles de millones de años, los seres vivos son cada vez más elementales y no fosilizan, por lo cual es difícil detectarlos. Se llega a un punto en el que hay que conjeturar, ya que no se dispone de evidencias, o casi.

Esa complejidad y diversidad creciente (marca de fábrica de la Evolución​), conduce a la aparición de unos bichos muy complejos a los que llamamos mamíferos​, surgidos de lo que se llama genéricamente un embrión. La cosa va como sigue: Un espermatozoide del padre se une a un óvulo de la madre para formar el cigoto. El cigoto es poco más que un tipo unicelular; ¡pero qué tipo! El huevo más prometedor del mundo. En su bolsillo lleva el manual de instrucciones que hará que con el tiempo y una caña se convierta en un hipopótamo (si sus padres tienen esa fastuosa condición), o en una rata de campo o en un ministro de Hacienda. En un miserable huevo que ni siquiera se ve, está contenido en potencia un hipopótamo. Y eso es maravilloso total. ¿Que qué son los mamíferos? Bueno, son unos individuos generalmente con pelo, con sangre que se mantiene caliente, que dan a luz a sus crías tras formarlas en la pancha, y las amamantan y cuidan por un tiempo considerado vital antes de lanzarlas al proceloso Mundo mundial (James Scott). Los mamíferos aparecieron en la Tierra en el periodo Jurásico ​( ya explicaré el evento más adelante). Y las pasaron muy canutas, ya que los reyes del mambo eran los grandes saurios, que no toleraban intrusos en el Circo. De manera que los primeros trancos de la vida de los mamíferos discurrieron por la senda de la pura y dura supervivencia y de la ocultación. Por suerte, un pedrusco cósmico cayó en el golfo de México y, junto con otras manifestaciones catastróficas, se cepilló a todos los saurios que circulaban por tierra. Esos cretinos, que se creían los amos del Corral, se fueron al otro barrio en un tres i no res​. ¡Ajo y agua!​

En este bonito vídeo, se da un sucinto repaso a la cosa de los inicios de la vida en la Tierra.

https://www.youtube.com/watch?v=tDt_bhYqwc4