(En este bonito vídeo, un creyente nos larga el rollo del creacionismo de manera bastante obtusa, todo sea dicho).

Muy buenas. ¿Cómo se sobrevive a la ola de calor que nos machaca? En ocasiones como esta a uno le gustaría vivir en Groenlandia. En fin…

Dejamos la cosa en que el origen de la vida era tema complicado, pero la ciencia nos decía que había salido de la materia inerte de forma espontánea y natural. Continuons.

En la primavera de 2016, unos investigadores bávaros han descubierto unas rutas químicas factibles, que habrían conducido a moléculas simples e inertes, hasta moléculas de ARN, más simples que las de ADN, y con una doble ventaja: se pueden auto-reproducir y también sintetizan proteínas. Así habrían nacido las primeras células, más simples que la señora Botella: en una sopa primordial en la que reinaría el ARN fabricante de vida en su escalón más simple y tosco.

Pero la tabarra de los creacionistas no cesa ni pa mear: en el agua del mar, dicen, apenas hay carbono, y nosotros somos poco más que unidades autónomas de carbono. ¿Quién ha dicho que surgimos del agua del mar?  Surgimos en un medio pantanoso, festoneado de charcas pútridas con más mierda que en el dormitorio de un pavo. Es decir, en las charcas había un porrón de elementos interactuando químicamente de casi infinitas maneras en condiciones precisas y cambiantes de presión, calor-energía, gases, vulcanismo, electricidad, y demás. Y se hallaban en territorios sedimentarios-arcillosos, dabuten para hospedar biomoléculas. Y para rastrear los primeros bichos vivientes.

¿No es precisamente el que tengamos carbono, tan poco usual en forma independiente, lo que acaba de sentenciar que la vida es más rara en el Universo que un perro verde? Pues eso. Insisto: el medio acuoso y guarro es el lugar ideal para mantener estables las biomoléculas, las cuales con temperatura y presión adecuadas, disfrutan más que un tonto con un bolígrafo.

Aunque no todo es alegría en la viña del Señor. El biólogo Fred Hoyle ha calculado que la posibilidad de que por azar surgiera un microorganismo capaz de replicarse, moverse y tal es de 10 elevado a menos 40.000: 0,  40.000 ceros y un 1 al final. No voy a entrar en el método que ha seguido Sir Fred para determinar una cifra/posibilidad tan infinitesimal. Aunque en mi opinión ese cálculo tiene pinta de ser poco real. Pero visiones como esta han dado pie a que algunos tipos echaran el agua a su molino para certificar que tuvo que intervenir por eggs un Ser todopoderoso en la creación de la vida. Yo ni quito ni pongo, pero me quedo con la versión natural de la cosa: no se necesitó un chorbo divino para poner en marcha el Circo.

Arsuaga contraataca: Nuestra peculiar composición delata que los procesos químicos de los seres vivos son claramente distintos de los que ocurren en la materia inerte. ¡Menudo descubrimiento! Eso hasta el cretino de Fernando VII lo debía saber. Por supuesto que son distintos, sino seríamos cachos de feldespato o  silicio. Pero eso, la dificultad, la rareza y la extrañeza que envuelve la aparición de la vida en la Tierra, y la vida misma, no niegan en absoluto que esta surgiera de la materia inerte. ¿De dónde carajo iba a salir? Y todo eso no impide el que nos sintamos fascinados por los fastos de la Naturaleza, bien al contrario. Pero hay que saber de qué estamos fascinados realmente.

Todo lo vivo utiliza los mismos ácidos nucleicos, compuestos por las mismas moléculas, de acuerdo con las mismas reacciones químicas (Wide). Y ahora una pequeña reflexión de mi cosecha. La materia primigenia, esto es, los primeros escalones de la materia que conforma todo lo que hay, es la misma en todo lo que se mueve y lo que no se mueve: quarks (unidad más pequeña de materia) y electrones. Y energía, por supuesto. Y eso que parece una tontería tonta, es fundamental. Lo que diferencia un dromedario de la calcita es, en último término, y fundamentalmente, la diferente cantidad de protones y electrones que tienen los átomos, y su vinculación con otros átomos para formar las moléculas de todo tipo de cosas, inertes o vivas. Iré más lejos: los quarks y electrones que componen sus cuerpos serranos hubo un día que estaban en el interior de estrellas. Y la posibilidad de que esos quarks llegaran a materializarse en sus cuerpos, es de, a ojo de buen cubero, 1 elevado a menos un billón de billones a la billón y un uno cocido en el horno. ¿A que es bonito? Por tanto, se hace muy difícil pensar que un señor todopoderoso dijera al Principio: Con ese billoncejo de billoncejo elevados a la billonésima potencia de quarks, y con el tiempo y una caña, haré al vecino del cuarto primera. (El que deja que su perro se mee en los descansillos). Pues eso.

Roger Daltrey fue en tiempos el líder de la mítica banda de los Who. Ahora, en solitario, también manifiesta su talento.