Escrit per: Manel terés & custom4
Uno de los mayores problemas en el ciclismo son los pies. Se pueden dormir tanto en invierno como en verano, en verano las soluciones caseras pasan en muchos casos en unas plantillas y/o una zapatilla un poco más grande y se va sobreviviendo, aunque el problema persistirá. En invierno el problema del frío que soportamos los ciclistas en algunas zonas, nieblas, nieve, hielo, lluvia, etc...nos llevan a comprar unas cálidas zapatillas de invierno, con su membrana transpirable y forro interior. Lo que pensamos que será un acierto y nos mantendrá los pies calentitos es por lo contrario un sinfín de simptomas insufribles, pies más dormidos aún que en verano, total insensibilidad en los dedos y frío, mucho frío.
En la zapatilla de invierno, al igual que en la de verano llevar las plantillas es preciso, siempre que exista la necesidad y ajustadas correctamente, pero claro, la plantilla ocupa tal espacio dentro de este calzado que el pie entra justo, y al tener caña alta, el tobillo quedaba estrangulado provocando que el riego sanguíneo del pie sea deficiente, y de ahí el adormecimiento, el dolor y el frío.
Cuando los ciclistas nos probamos las zapatillas en la tienda, aunque sea a última hora del día como el calzado normal, el pie no tiene el volumen que va a adquirir con las largas horas de pedaleo, un volumen que hará que no tenga espacio dentro de la zapatilla si ésta no tiene la horma adecuada para nosotros y si, además, metemos una plantilla dentro, la compresión es mucho mayor.
Por ello la solución que proponemos y la que realmente recomiendo a los que sufráis de este problema, es una zapatilla a medida, la vuestra, la que vuestros pies necesitan, y siguiendo unas mediciones y valoraciones especificas para solucionar las diferentes necesidades según valoraciones, dismetrias si existen , varo o valgo, dedos en garra, martillo etc... Si el técnico biomecánico lo cree necesarió (siendo su deber), ya derivará a un especialista ortopédico para casos mas complejos, pero refiriendonos a la elección de zapatilla un técnico biomecánico puede solucionar las odiosas salidas invernales. Ajustar la horma de la zapatilla para que se ajusten perfectamente las plantillas y que el pie tenga espacio para sobrevivir sin adormecimiento y dolor.