NO LE PIDAS PERAS AL OLMO Y CARNÉ DE BAILE

El esfuerzo para comprender el universo es una de las pocas cosas que eleva la vida humana por encima del nivel de la farsa y le imprime algo de la elevación de la tragedia.(Steven Weinberg, premio Nobel de Física en 1979).

Presiento que me aguarda ya el final del tiempo gris. (Arde París, Ana Belén).

Bailando con partículas es un blog en el que pretendo dejar constancia de mis incursiones (uf!) en el campo de la física de partículas; y transmitir, al tiempo, mi perplejidad ante los fenómenos que se muestran en este ámbito tan apasionante como desconcertante. Un espacio en el que iré anotando mis relaciones (interacciones, que hay que hablar con propiedad) con la física de partículas. Blogs de divulgación de física cuántica hay un montón y algunos realmente buenos y mejor editados que este que empiezo a construir. Por tanto, más vale no pedir peras al olmo y leerlo como un largo ejercicio de constatación y  asombro.  En este orden de cosas,  este blog es una construcción en marcha, que crece a medida que se le añaden nuevos ladrillos, fruto de nuevos conocimientos (mayormente ajenos); y que en ocasiones dará la impresión (correcta) de que navego sin rumbo ni cartas náuticas; capeando el temporal como puedo. También avanzo que otro  interés prioritarrio es el de intercambiar conocimientos y opiniones con personas interesadas por este tema.

Vaya por delante, también, que he emprendido este viaje a los límites del conocimiento humano sin más equipaje que mi limitada inteligencia y mi innata (y algo obsesiva) curiosidad por todo lo que se manifiesta en la realidad. 

Con frecuencia la gente se pregunta si los conocimientos de física de partículas ayudan a ligar con las mujeres (o con hombres). Vana pretensión, error de bulto, fatua esperanza. Si uno se acerca a una chica y le dice algo del tenor de: ¿Sabes?, el bosón de Higgs está asociado a un campo, es seguro que la chica enviará al informador a tomar viento (o algo peor). Así que más vale abandonar toda esperanza de obtener una ventaja en ese asunto. Tampoco con Hacienda cabe esperar mejor respuesta sí, ante un requerimiento, se contesta: No he incluido la venta del apartamento de la playa porque no he podido medir su colapso cuántico.

Para el común, un tipo que se dedique a estudiar el comportamiento de entes que con frecuencia son puntuales y fantasmagóricos, es un chiflado. De ello no cabe dudar. Pero no todo es negativo en este asunto. Los que se adentren en las simas abisales de esta materia, estarán compartiendo ideas, que bailan en las lejanas fronteras del conocimiento humano, con algunos de los mejores cerebros de la ciencia, con algunos de los más conspicuos pensadores de la historia de la Humanidad. (¿Hay quién dé más?). Un lejano pastel que los simples mortales podemos saborear, siquiera en parte, de la mano de algunos de los mejores talentos del siglo XX y principios del XXI. Saberse participe de los últimos avances en ámbito tan importante imprime valor y le deja a uno más contento que unas pascuas. 

En otro orden de cosas, recomiendo vivamente a los que se adentren en la física de partículas sin tener conocimientos de física, que se hagan con un manual de física de 3º o 4º de la ESO, para adquirir soltura en los conceptos básicos que se dan por sabidos en todas las obras de divulgación. Es importante manejar con precisión algunos conceptos: fuerza, campo, energía, momento, carga, entropía, gravedad, trabajo, movimiento, tiempo, espacio, ondas, electricidad, magnetismo... Otro aspecto positivo del asunto es que los grandes talentos en física de partículas son muy accesibles; bajan con naturalidad al nivel de los profanos para que las explicaciones puedan entenderse sin demasiada dificultad. Creo que fue Feynman el que dijo que si un conocimiento no se podía explicar con claridad es que no se había entendido bien. Soy afortunado, pues en la aventura voy a estar acompañado por maestros que me guiarán hasta que, adquirido el necesario aplomo, pueda andar en solitario.

Otra característica de la física de partículas es que está avalada por muchos cálculos matemáticos, producidos por los físicos teóricos o por matemáticos. Hay mucha matemática tras cada ley o descubrimiento. Pero debemos alejar de nosotros la idea de zambullirnos en esos cálculos complicadísimos (a menos que se sea experto en la materia, que no es mi caso, o masoquista). Mi objetivo debe ser alcanzar un grado aceptable de conocimiento "literario" en la materia; no explicarlo matemáticamente.

No quiero acabar esta presentación sin advertir de una tentación casi clásica:  la de extrapolar los principios cuánticos de la física de partículas a la filosofía, el misticismo, la espiritualidad, la religión o… las ideologías sectarias más conspicuas. Cada cual es muy dueño de hacer con sus conocimientos lo que quiera, y emplearlos como mejor le convenga o apetezca. Sin embargo, siempre se da un salto cualitativo –a veces sin red-, circunstancia que siempre hay que tener presente; pues argumentar hipótesis espirituales con principios de física de partículas es con frecuencia erróneo.  Aun con todo, hay no pocos físicos de prestigio que sostienen que existe una conexión entre filosofía y física cuántica. La polémica está servida. 

¡QUE EMPIECE EL BAILE!