El juez Marchena y los reptilianos

El juez Marchena y los reptilianos

dimecres 27 de març 2019 - 18:00 a dissabte 06 de març 2123 - 03:30
El juez Marchena y los reptilianos

(En esta bonita foto se ve a un marciano fiambre, que se ha abierto la cabeza por conducir sin casco. La DGT está estudiando utilizarlo para una campaña de concienciación ciudadana. El lema será: "Póntelo, pónselo". El casco, se entiende. Por lo demás, se ve que en Murcia han aparecido vestigios de una civilización marciana que floreció en tiempos de Adán y Eva. Se especula con que "murciano" sea una derivación del original "marciano").

Bueno, tarde o temprano se lo tenía que decir. Y es que, ¿por qué buscar marcianos en las chimbambas cuando los tenemos en casa? ¡Qué difícil es ver lo que tenemos a un palmo de las narices! La cosa iría de una ignota civilización extraterrestre que habría colonizado muchos planetas de nuestra galaxia, estableciendo asentamientos y colonias en cada uno de ellos (Adam Franck). Puro interés económico-mercantil; como el mercadillo de los jueves. También habría colonizado, poco o mucho, el nuestro. Pero esa portentosa civilización galáctica se habría extinguido hace ya muchos millones de años. (Todo lo que nace, muere tarde o temprano). Y con ella sus restos. Imposible encontrar señales físicas de su paso por la Tierra. Sus putrefactos restos habrían pasado a integrar los materiales geológicos existentes. Conclusión: los marcianos estuvieron, pero no lo podemos demostrar.

La réplica a esta teoría, basada en modelos matemáticos, la dan otros investigadores (Anders Sandberg, por ejemplo). Sostienen que es muy posible que la vida sea extremadamente rara. Y casi imposible encontrarla en los planetas en forma de colonización inteligente.

En mi sarnosa opinión, eso de buscar colegas por el espacio es una solemne tontería. ¿Qué cambiaría si supiéramos que en el planeta Raticulín o en el WW-X151-pet-ardo hay/hubo vida inteligente? (Por inteligente se debe entender, en primer lugar, que no paga impuestos, y eso es harto difícil). Continuaríamos tomando café por la mañana y jodiendo nuestro planeta a saco. Como si quieren tener cinco orejas trompeteras y nariz de oso hormiguero. Que les vaya bonito, pero nosotros, a lo nuestro. A lo sumo, las distintas religiones tendrían que modificar sus doctrinas para dar cabida a nuevos bichos de por allá. Alá creó al hombre y también a los hombrecillos trompeteros verdes de Raticulín, si bien estos no están obligados a hacer la peregrinación a la Meca, dirían los agarenos.

Si hacemos caso a los avistólogos o avistófilos de platillos volantes, ciertos exobichos inteligentes se han paseado por la Tierra desde que Ramses II era turuta. Y no dejan de dar vueltas por encima de nuestras cabezas para observarnos. Igual somos un parque temático para ellos… Lamentablemente, y por el momento, ninguno de ellos ha bajado de su aeronave para ir a Washington y decirle al Trump: ¿Qué hay de nuevo, viejo? En fin, esperar y ver, que dicen los británicos. Si es el ese señor, el encargado e recibirlos, tendríamos seguro una bonita guerra interplanetaria.

Ahora viene el famoso pero: pero la cosa tiene facetas inesperadas y sorpresivas, amén de deprimentes, intuyo. Hace ya tiempo, dediqué un artículo a la cosa de la materia oscura, la cual no interactúa con nuestro Universo visible y detectable. Escurridiza total. Y está por todas partes. Por ello, solo conocemos sus efectos y su proporción: hay cuatro veces más de ella que de la de toda la vida: piedras, planetas, estrellas, bicicletas, cuñaos… Y ahí, el astrofísico Daniel Whiteson lanza una pregunta tan surrealista como inquietante: ¿Y si en esa materia oscura hubiera vida oscura, e incluso vida inteligente oscura. Hay que joderse. De tal manera, resultaría que los marcianos están entre nosotros, pero sin que podemos comunicarnos con ellos; ya que circularían por otras dimensiones/ámbitos. Conclusión: tenemos marcianos hasta en la sopa.

Hall & Oates no es una firma de fabricación de bragueros. Es un dúo que en los 70 tuvo un éxito despatarrante entre las jovencitas y demás fauna asociada

https://www.youtube.com/watch?v=yRYFKcMa_Ek

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Sobre l'autor

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Salvador Martínez. Jubilado inquieto y curioso, que se pasea por una de las más apasionantes fronteras del conocimiento humano. Ante notario ha dejado escrita la frase que debe esculpirse en su lápida funeraria: "Aquí yace un tipo que dedicó su vida a comprender este mundo y sus alrededores. Fracasó." Y otra debajo: "Es la primera vez que hago un viaje sin tener ni idea de adónde voy"
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