El Universo: una biografía no autorizada (y 3)

El Universo: una biografía no autorizada (y 3)

dimarts 09 de novembre 2021 - 15:00
El Universo: una biografía no autorizada (y 3)
El Universo: una biografía no autorizada (y 3)
El Universo: una biografía no autorizada (y 3)

¿Qué soy cuando me comparo con el universo? (Ludwig Van Beethoven).

Cuánta razón tenía el gran Ludwig, y qué dosis de humildad encierra esa confesión. Y si un genio como él nos habla en estos términos, ¿qué podemos decir nosotros, los simples mortales?

(Dado que el artículo de hoy es el más corto del despiece, he decidido poner tres bonitas imágenes alusivas a la cosa, más que nada para hacer bulto... La bonita primera imagen es un cartel promocional de 2001: Odisea del espacio. Un peliculón magistral, en el que aparecen varios de los temas que abordo en este blog. La segunda bonita imagen representa  nuestra galaxia, que tiene forma de plato Duralex. Pero no piensen que el tamaño de nuestro sistema Solar es el que aparece señalado: si se guardara la proporción real en esta imagen, nuestro sistema solar tendríamos que localizarlo en un microscopio electrónico: somos una cagarruta de ameba en un océano galáctico. He escogido la tercera bonita imagen porque ilustra dos fenómenos despatarrantes de la cosa del Cosmos. Fíjense que esa galaxia tiene un centro muy lumínico del que salen unos chorracos altamente energéticos. Ese centro podría corresponder a un bujero negro, y los manguerazos que salen echando leches son chorros de rayos gamma. Tanto los bujeros como los gamma son dos de los fenómenos más impresionantes y misteriosos de la cosa. Pero de ellos hablaré otro día).

En el artículo precedente corté el rollo en el nacimiento de las estrellas y en lo difícil que era entender la gravedad. Prosigons, que dirían Tip y Coll.

Las estrellas, en contacto con las nubes de gas (en constante movimiento debido a la gravedad), se agruparán para formar galaxias; es decir, gigantescas formaciones de estrellas –tropocientos millones de ellas y demás artefactos- que comparten ciertas características. Por ejemplo, girar alrededor de una zona central, formar grupos internos, estar sometidas a las mismas tensiones gravitacionales en áreas acotadas del espacio... ¡Hale hop! Ya tenemos estrellas, nebulosas, galaxias, planetas y demás paratos que colonizan un Universo en constante enfriamiento y expansión. De expansión sin tasa ni finalidad aparente.

El mozuelo ya va por los 10.000 millones de años de edad, y la gravedad (que era la dueña del cha-cha-cha cósmico), continúa superada por la energía (oscura), que ejerce sobre los cuerpos celestes una potente fuerza de repulsión, responsable la creciente separación de las galaxias. Éramos pocos y parió la abuela…. (Como se va viendo, los físicos tienen que recurrir a incómodas palabras para intentar definir lo que no entendemos: energía oscura, materia oscura, singularidad, puntual…). Cada galaxia tira pal monte y se aleja de las otras con velocidad creciente. Y la temperatura desciende cada vez más (la del espacio vacío, no la de las estrellas y demás bichos). Hecho que constituye un verdadero dolor de cabeza para los físicos, que no acaban de entender el funcionamiento de la cosa. En ese momento, el Universo era unas ¾ partes de lo que es hoy día.  

En la actualidad, 13.700 y pico millones de años después de la Gran Explosión (más o menos la edad a la que nos podremos jubilar tras las reformas del PP), el Universo sigue expandiéndose a base de crear espacio, por lo que todas las galaxias se alejan unas de otras; y, en consecuencia, el espacio se hace menos denso: inabarcables e inimaginables extensiones de vacío oscuro y frío. Respecto al alejamiento de las galaxias y demás fistros, añadiré que uno de los números más importantes de la cosmo-ciencia es la constante de Hubble, que fija la tasa a la que todos los objetos del Universo se están separando. Los cosmólogos recalcan que la comprensión de este número es vital para entender el orden natural de la realidad (J. Swerdlow). 

Ese comportamiento dispara preguntas, que con frecuencia no obtienen respuesta. Pero de eso hablaré otro día. Quedémonos, de momento, con dos  evidencias fundamentales de la astrofísica: a) el Universo se inició mediante una Gran Explosión; b) Y, como acabamos de ver, el Universo crece creando su propio espacio, al ritmo creciente del alejamiento de las galaxias unas de otras. Con todo, de nuevo vuelve a salir Einstein para advertirnos de que el Universo es curvo (debido a la deformación del espacio-tiempo producida por los objetos con masa que pululan por ahí del especio). Curvo y finito, pero sin bordes (como tampoco los tiene la Tierra, pues es redonda), y que se expande con velocidad creciente hacia ningún sitio (esto último a Einstein le repateaba los higadillos y le costó reconocerlo). No se me subleven, que tiempo habrá para examinar la mecánica einsteniana y aclarar lo que se pueda. Lo que se pueda.

 Y de postre un vídeo sobre la cosa. Está en pikinglish, pero se entiende sin dificultad:

https://www.youtube.com/watch?v=hX-hwFtAcOw

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Sobre l'autor

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Salvador Martínez. Jubilado inquieto y curioso, que se pasea por una de las más apasionantes fronteras del conocimiento humano. Ante notario ha dejado escrita la frase que debe esculpirse en su lápida funeraria: "Aquí yace un tipo que dedicó su vida a comprender este mundo y sus alrededores. Fracasó." Y otra debajo: "Es la primera vez que hago un viaje sin tener ni idea de adónde voy"
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