La Evolución y la morcilla de Burgos

La Evolución y la morcilla de Burgos

divendres 17 de juny 2016 - 19:15
La Evolución y la morcilla de Burgos

(Quería poner alguna imagen del museo, pero no ha habido manera)

Nota de Lleida.com: Hem posat la fotografia nosaltres mateixos. wink

Hace unas semanas me desplacé a Burgos con el propósito expreso de girar visita digamos profesional al Museo de la Evolución. Estuve desde primera hora de la mañana hasta el cierre observando, tomando notas, haciendo fotos y consultando a los empleados. Salí más contento que unas pascuas. Ahora me dispongo a hacer una reseña de esas pascuas.

Lo primero que salta a la vista es el impactante edificio que lo alberga, una presencia contundente que destaca del entorno. Un hermoso y elegante envoltorio que, sorprendentemente, encierra espacios interiores con significativos vacíos.Inmediatamente después, cabe destacar el planteamiento museístico, muy bien logrado, didáctico y ameno. Nada que ver con esos museos que parecen almacenes de objetos inconexos y mal mostrados. El espacio que lo alberga es gigantesco y nada da sensación de agobio ni estrechez. El visitante pasa de un área temática a otra con tranquilidad, con un tránsito suave. El equipo humano del museo es muy profesional y atento. La señora Pilar, una mujer admirable, me acompañó durante la visita, y me hizo ver matices que se me hubieran escapado.

Por ello no es casual que mi visita coincidiera con la de varios grupos de estudiantes, bastante interesados, por cierto, ya que todos eran de bachillerato. Pulsé la opinión de algunos de ellos, y todos coincidieron que la visita era interesante. En resumen: los aspectos pedagógicos y didácticos se han cuidado al máximo, para hacer accesible a cualquier persona sus contenidos. Pero no todo es alharaca y enjundia. En mi opinión tiene dos defectos gordos, pero subsanables si hay voluntad. El primero es que no dispone de cafetería, fallo gordo donde los haya. Ya que impide hacer un descanso durante la visita. El otro es que cierra a mediodía, lo cual es increíble en una institución de estas características, y que hace incómoda la visita especializada.

La descubierta se inicia en la planta sótano, dedicada por entero a la sierra de Atapuerca, su contexto geológico, su historia vinculada al sapiens y sus yacimientos. Todo expuesto con gran aparato de objetos, recreaciones e imágenes. En esta planta también se ubica una sala de exposiciones y un interesante taller de clara vocación estudiantil. En la planta baja la cosa se anima y se diversifica. El interés es total. El objeto prioritario es la Evolución humana en términos biológicos. Se expone la Teoría de la Evolución, empezando por Darwin y acabando con las últimas aportaciones de la genética evolutiva. Se va al grano, es decir, que las exposiciones se centran exclusivamente en la evolución del ser humano. Un concienzudo y visual repaso a la complejidad del cerebro - y su evolución cierran el contenido de esa planta.

La primera planta se consagra a la Evolución humana en lo referente a los aspectos culturales. Lo primero que sorprende son las reproducciones a tamaño natural de individuos de las distintas especies encuadradas en el género homo. Cada una de ellas acompañada por un facsímil  de la cabeza (a pelo), con su cráneo, su dentadura y su tal. Fascinante, atractivo y comprensible. Destaca el cráneo de un heidelbergensis que ciscó por Atapuerca hace medio millón de añejos, y al que han bautizado como Miguelón. Por cierto, la mayor parte de los bichos de esta especie se han localizado ahí. También se da un repaso a la aparición y desarrollo de la industria lítica (herramientas), y al papel que jugó el fuego en nuestra andadura socio-cultural. Capítulo aparte merece el pensamiento simbólico, definitorio en nuestra especie; y la aparición del arte como una de sus consecuencias lógicas. Todo muy bien expuesto.

En la segunda planta se encuentra la librería del museo; bastante bien dotada, con libros adecuados a todas las edades. También se pueden comprar recuerdos alusivos a la cosa. La visita se remata con una inspección de los ecosistemas propios de la Evolución.

Por supuesto que no voy a sugerir que hagan un viaje a Burgos con el único objetivo de ver el museo. No obstante, sería sacrilegio, apostasía y herejía visitar Burgos y olvidarse de ese excepcional museo, a la altura de los mejores de Europa. Por lo que resta, añado que Burgos es una ciudad que tiene un porrón de atractivos naturales, patrimoniales y gastronómicos. Y una infraestructura turística muy completa. ¡Bon voyage!

Pavarotti ha sido uno de los más grandes. Y creo que en esta aria lo deja bien claro.

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Sobre l'autor

imatge de Vidaydestino
Salvador Martínez. Jubilado inquieto y curioso, que se pasea por una de las más apasionantes fronteras del conocimiento humano. Ante notario ha dejado escrita la frase que debe esculpirse en su lápida funeraria: "Aquí yace un tipo que dedicó su vida a comprender este mundo y sus alrededores. Fracasó." Y otra debajo: "Es la primera vez que hago un viaje sin tener ni idea de adónde voy"
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