Preocuparse por el tiempo es perder el tiempo

Preocuparse por el tiempo es perder el tiempo

divendres 02 de juny 2017 - 17:00 a dissabte 15 de febrer 2020 - 00:00

https://www.youtube.com/watch?v=0-8ZcWvBSIo

(En este bonito vídeo, se explica con salero y tronío la cosa del Tiempo).

El tiempo es eso que miden los relojes (visión muy difundida en los medios). Ya ven, precisión total: el tiempo es eso. Y arreando que es gerundio.

En el artículo anterior, expuse una visión muy radical sobre el tiempo y la dificultad que entraña captar su verdadera naturaleza. Dejaré para más adelante el tiempo que marcan los relojes y el de la causa-efecto (la causa se manifiesta antes que el efecto y por ahí). Para comprender esas expresiones de nuestro tiempo, hay que ver antes otras cosas. A ver si explico claramente mi visión: existen ciertos tipos o manifestaciones del tiempo, principalmente las que usamos los humanos para medir cambios en los sistemas; pero determinar qué es el tiempo, así, con un par, de momento no es posible. Permanezcan atentos al receptor.

Como en tantas otras cosas del Mundo –es decir, lo que hay entre la punta de nuestra nariz y la galaxia más lejana-, el buen Einstein envió al carajo nuestras certidumbres y determinismos sobre el tiempo. Ese pillín judío dejó súper demostrado que el tiempo es relativo (no absoluto), y que junto al espacio se convierten en actores del Circo. Ambas magnitudes forman una unidad de destino en lo universal (lo que demuestra que Franco tenía una visión profunda de la cosa). La arquitectura de lo existente no es un mero escenario con reloj de cuco suizo dando las horas y viendo pasar los objetos que circulan por ahí (estrellas, planetas…). Ambos dos, espacio y tiempo, Intervienen al unísono y modifican el comportamiento de los otros dos actores: materia y energía. Para sistemas individuales y pequeños es posible evaluar la magnitud temporal, porque el error es infinitesimal. Pero solo en esos casos. En el escenario general, es casi imposible determinarla. Y eso es tremendamente molesto para la física, ya que si no podemos definir el tiempo en el ámbito macro, tampoco podremos precisar la evolución de los sistemas, ya que, a fin de cuentas, también pululan por el Universo. Un asco, ya se va viendo.

El tiempo no discurre de igual manera si las velocidades a las que viajan los medidores-observadores son distintas. ¿A que es bonito? Pues sí, resulta que el tiempo no transcurre igual para dos personas que se muevan a distintas velocidades y que se observen mutuamente desde puntos diferentes. Según San Einstein del Fotón, y en el ámbito de la sacro santa Relatividad, los sucesos que para un observador son simultáneos, para otro no lo son, ya que se miden desde posiciones espacio-tiempo diferentes. ¿Sí, anem bé?  El tiempo, mire usted por dónde, es relativo, no absoluto como pretende el tiempo de los contables (tic-tac; ding, dong). Contra más alta es la velocidad de un observado más lento se hace el tiempo con respecto al observador; se dilata más, discurre más lentamente. Como un chicle que se puede estirar o contraer. La cantidad de movimiento de un cuerpo está determinada por el espacio y el tiempo por el que discurre. Cuanto mayor es la velocidad, mayor es el espacio recorrido y el tiempo se acorta. A ver si lo consigo: contra más rápidamente circule por el espacio un bicho, menos expresión tiene el tiempo; y viceversa o al revés: contra más discurra el bicho por el tiempo, menos espacio recorrido (y más tiempo pasa). Y esa es la jodida estructura del espacio-tiempo en el Universo; y no hay na más que rascar. ¡Ah!, a la velocidad de la luz, el tiempo no existe (los fotones poseen el secreto de la eterna juventud). Al igual que un porrón de partículas subatómicas. Pero, claro, para nuestra intuición y formación eso es una paradoja gorda, muy alejada de nuestra experiencia.

Pero, cuidado, esas distorsiones del tiempo solo son apreciables a grandes velocidades, bajo la influencia de potentes fuerzas gravitatorias, cinéticas y tal, que son las que hacen correr a todo trapo a los bichos. Hablamos de distorsiones de distinta intensidad en la malla espacio-tiempo, y to lo vivo se acelera. Sin embargo, en nuestro mundo de ir por casa, esas alteraciones del tiempo son pequeñísimas, infinitesimales. Pero de haberlas, hailas. Más madera. Don Alberto ya dejo escrito que el tiempo direccional e irreversible –el lunes pasado no puede volver a producirse el domingo siguiente…- era una mera ilusión que no se da en el funcionamiento del Universo. Por tanto, nuestro tiempo de contables-relojeros no sirve para medir esas diferencias temporales, ya que se producen en un espacio-tiempo relativo, cambiante, íntimamente unido a los movimientos vinculados con la gravedad. Alejado del tiempo rígido e inmutable, que es el que marcan los Rolex de la gente con pasta.

Rimsky Korsakov captó como nadie el alma rusa.

https://www.youtube.com/watch?v=XaMUrlkU_9E

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Sobre l'autor

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Salvador Martínez. Jubilado inquieto y curioso, que se pasea por una de las más apasionantes fronteras del conocimiento humano. Ante notario ha dejado escrita la frase que debe esculpirse en su lápida funeraria: "Aquí yace un tipo que dedicó su vida a comprender este mundo y sus alrededores. Fracasó." Y otra debajo: "Es la primera vez que hago un viaje sin tener ni idea de adónde voy"
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