Putin ha ganado en Italia

Putin ha ganado en Italia

divendres 30 de setembre 2022 - 12:45
Putin ha ganado en Italia
ACN

Una lectura de las elecciones italianas no puede desvincularse de la guerra en Ucrania ni del papel de Putin en la política europea. La reacción del Kremlin a la clara victoria de Giorgia Meloni es casi fraternal. “Estamos dispuestos a dar la bienvenida a cualquier fuerza política capaz de mirar más allá de la corriente mayoritaria, llena de odio hacia nuestro país”, decía el portavoz de Putin.

Los partidos de extrema derecha afloran en toda Europa­ y las relaciones entre ellos se han evidenciado en las complicidades que han tejido con la Rusia de Putin y en un euroescepticismo que comparten los gobiernos de Polonia, Hungría y posiblemente el que se forme­ en Suecia tras los resultados de hace un mes, en los que los Demócratas de Suecia consiguieron la segunda posición con un 20,6 por ciento de los votos.

Las felicitaciones de Marine Le Pen y las de Alternativa para Alemania han sido efusivas. Desde Suecia hasta Italia, sostienen, se está cambiando la forma de relacionarse con la Europa de Bruselas. No quieren irse, pero sí imponer otros criterios, más populistas y nacionalistas, que chocan en materias tan delicadas como la inmigración, la solidaridad y las libertades.

La penetración de la idea de Putin de debilitar las democracias occidentales y en particular las europeas está muy bien analizada en el libro de Catherine BeltonLos hombres de Putin, un volumen de 900 páginas en las que se describe la obsesión de Putin para minar las democracias occidentales utilizando una vasta red de gerifaltes del KGB que le han acompañado desde que era teniente de alcalde en San Petersburgo. No con ideas, sino con información, dinero y chantajes.

Los oligarcas que desmantelaron el régimen en la presidencia de Yeltsin se hicieron multimillonarios y compraron a precio de saldo las grandes compañías energéticas. Mijaíl Jodorkovski llegó a convertirse en el personaje más rico de Rusia, más fuerte que el mismo Estado. Al llegar Putin al poder le desposeyó de su fortuna, lo juzgó y pasó diez años en una cárcel de Siberia. Los oligarcas nuevos serían los de Putin, los del Estado, todos controlados por el KGB y los viejos camaradas del presidente con todas sus extensiones y franquicias.

Catherine Belton enumera los miles de millones de dólares que salieron de Rusia para ser depositados en bancos y empresas occidentales desde donde se comprarían a políticos, empresarios y periodistas para defender la idea de Rusia que tiene Putin y que pasa por el debilitamiento de las instituciones y gobiernos democráticos europeos. Esta estrategia sirvió para apoyar el Brexit y para que Donald Trump ganara las elecciones del 2016.

Putin contaba desde hacía tiempo con la amistad de Silvio Berlusconi. Los dos veraneaban juntos en Cerdeña y Berlusconi era un invitado frecuente en la residencia que Putin tenía en Sochi. La vinculación de Berlusconi con Rusia venía desde los tiempos soviéticos.

Hace unos días, en la campaña electoral, Berlusconi dijo que Putin solo quería entrar en Kyiv y cambiar el Gobierno Zelenski por otro formado por personas decentes. El partido de Salvini fue acusado de estar financiado por empresas rusas. Meloni no ha mostrado tanto entusiasmo por Putin en la campaña como sus aliados y ha condenado la invasión, posicionándose a la vez con los postulados de la OTAN.

Putin está perdiendo la guerra en las tierras y ciudades de Ucrania, pero está ganando batallas en la deses­tabilización de Occidente. Las divisiones profundas en prácticamente todas las democracias liberales no tienen una sola causa, aunque la intromisión de Rusia, con muchos millones de euros para comprar voluntades, ha tenido un gran peso. Las redes del dinero negro ruso se incrustaron en parte del sistema de las democracias para potenciar las simpatías hacia Rusia y fomentar confrontaciones en Occidente.

Las elecciones italianas son fruto de la voluntad de los ciudadanos que acudieron el domingo a votar, aunque fuera con la más baja participación de la historia de la posguerra. Es una victoria legítima e incuestionable.

Pero el nuevo gobierno presidido por Meloni tendrá que contar con el lastre de los viejos camaradas Berlusconi y Salvini, que han fraternizado políticamente con el Kremlin de Putin. Para Europa es una nueva dificultad, pero para Zelenski es el peligro de que se abran grietas en Occidente en su apoyo a Ucrania.

Article al blog de Lluís Foix

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Sobre l'autor

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Nascut a Rocafort de Vallbona, és llicenciat en periodisme i dret. Va ser director i subdirector de La Vanguardia en diverses etapes des del 1982. Especialista en política internacional i columnista de temes d'actualitat, ha estat corresponsal a Londres i Washington i ha cobert set guerres i viatjat per 82 països. Imatge de Revista Valors.org
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