Se divisa una luz al fondo del túnel

Se divisa una luz al fondo del túnel

dissabte 23 de desembre 2017 - 17:30 a dijous 08 de desembre 3014 - 02:30

https://youtu.be/uoPGhOOBrpc

(Este enlace conduce a un vídeo de Youtube que recrea la perra vida del Homo Hábilis. Es altamente ilustrativo y de visualización muy recomendable).

En el anterior artículo repasaba los candidatos a ser nuestros directos antepasados inmediatamente anteriores a nuestra andadura diferencial como género (Homo); es decir, los tipos que se desarrollaron entre la separación -de un papi común- de unos bichos que darían lugar a los géneros Homo y Pan (chimpas…) y la aparición de los primeros humanos. La horquilla abarca desde los 7 millones de años a los 2.5 millones de años. No obstante, antes de entrar a analizar los primeros humanos, conviene añadir algunas precisiones respecto a nuestros abuelos australopithecus. Destaca un dato interesante: las crías del afarensis pasan mucho tiempo con la madre, que amén de amamantarlos, les pasa información social. ¿Divisan en el horizonte lejano eso que se llama cultura? Yo, sí.

Pero hay más ventajas: la madre madura la estructura de sus hijos durante nueve meses en su tripa, a salvo de amenazas exteriores. No puede ser de otra manera, ya que traemos descendientes al mundo de uno en uno cada año más o menos, y no podemos permitirnos pérdidas significativas como la tortuga, por ejemplo; que pone un porrón de huevos, de los que solo unos pocos llegarán a la edad adulta. Además, el bebé humano nace absolutamente desprotegido, indefenso ante el mundo cruel, y con un cerebro que solo es un tercio de lo que será; esto es: que no es lo que será. La perola le crece a lo largo de la infancia. Si ya viniera con la olla definitiva, no pasaría por el canal del parto ni loco. En consecuencia, procede un largo periodo de infancia, en íntima conexión con la madre. La primera educadora y socializadora. ¿A que es bonito y edificante?

¡Dinamita para los pollos! Entre los 7 millones y miaja de años y los 2 y medio  millones de años atrás, nos tiramos casi 5 millones de años haciendo el simio por ahí, cascándola donde podíamos, y con un insignificante aumento de la encefalización, la relación cuerpo-olla (Arsuaga). En esos milloncejos de años nos configuramos como australopitecos de diferentes cataduras, de una de las cuales somos descendientes. Nuestro tatarabuelo bien podría ser el aethiopicus. Háganme caso y no se pierdan en vericuetos académicos.  Descendemos de cierta especie de australopithecinos, que vivieron en África Oriental entre 7  y 2’5 millones de años. No hay otra posibilidad: si nosotros amanecemos en esos desolados territorios, hemos de ser descendientes de algunas de las especies que he citado/citaré. Prosigons.

Cuando aparecen los primeros humanos, hace solo 2, 5 milloncejos de años, nuestra cocotera u olla (da gusto el léxico científico) era parecida en volumen a la de los chimpas. Otro argumento a favor de mi afamada tesis de que lo que nos humaniza, y nos separa del resto de los bichos no es el tamaño del cerebro, que también, sino, y sobre todo, qué hacemos con él. Cómo se va afinando, complicando y asumiendo cada vez más funciones digamos superiores: aquí lenguaje, allá razonamiento, acullá pensamiento simbólico y dale que te pego. Por cierto, en el vídeo que adjunto se señala que los Hábilis ya daban coces por los campos hace 3 millones de años. Sin embargo, no tenemos datos verificables que avalen tal longevidad; y, mucho menos, herramientas.  Y en estas estábamos cuando la cosa de la humanización arranca con el primer tipo que podemos considerar del género homo: el hábilis. Si lo vieran por la calle les daría un susto, pero es abuelito directo. Fijo.

Lleida​ es la ciudad en la que nací, y aquí he vivido casi toda mi vida. Con frecuencia despotrico de ella, de sus habitantes, por diversos motivos, algunos nimios. No obstante, con el paso del tiempo he ido tomando conciencia de que es mi ciudad, en la que vivo francamente bien y de la que no quiero moverme. FELIZ NAVIDAD a todas las personas de buena voluntad. Sean o no de Lleida.

https://www.youtube.com/watch?v=29IDYRY-NLI

 

 

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Sobre l'autor

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Salvador Martínez. Jubilado inquieto y curioso, que se pasea por una de las más apasionantes fronteras del conocimiento humano. Ante notario ha dejado escrita la frase que debe esculpirse en su lápida funeraria: "Aquí yace un tipo que dedicó su vida a comprender este mundo y sus alrededores. Fracasó." Y otra debajo: "Es la primera vez que hago un viaje sin tener ni idea de adónde voy"
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