Una infancia en las estrellas

Una infancia en las estrellas

diumenge 15 de gener 2017 - 17:00 a divendres 11 de gener 2469 - 02:00
Una infancia en las estrellas

 

 

(En este bonito dibujo se ven todas las formas simples que adopta la materia visible y/o detectable que hay en el Universo; la diferencia entre unas y otras está en el número de protones y electrones de sus átomos. Así de sencillo).

Para hacer una tarta de manzana primero tienes que crear un universo (Carl Sagan​).

En el anterior artículo hablé de la energía y la materia oscuras, que eran los ingredientes fundamentales y más abundantes del Universo universal. Fijo. Pero hay más cosas. Veamos.

El elemento químico -materia pura y simple visible y/o detectable- que abunda más es el gas hidrógeno. El 75% de toda la materia detectable/visible es hidrógeno. Fue la primera forma de materia organizada que se formó tras el Gran Pedo; mediante la transformación de la gigantesca, casi infinita energía en materia elemental ( gracias al bosón de Higgs, la partícula divina, la que da materia). NO podía ser de otra manera: las primeras formas estructuradas de la materia tenían que ser simples y gaseosas, como el hidrógeno, cuyos átomos solo tienen un protón y un electrón. El Uranio tiene 92 protones, 92 electrones (van en el mismo lote) y 146 neutrones, por lo que es mucho más difícil de fabricar.

Las estrellas están constituidas básicamente de hidrógeno petando a tropocientos millones de grados de temperatura; una petada que produce helio. En este proceso se libera energía, que es la que nos llega a nosotros en forma de luz visible, o en otra modalidad del espectro electromagnético. La cosa tiene su enjundia y su punto, ya que esa reacción química produce mucha energía nuclear, pero de manera no peligrosa, inofensiva, ya que se basa en la unión de los núcleos atómicos (fusión), y no en la ruptura de ellos (fisión), que esa sí que es peligrosa por la alta radiactividad que emite. Corolario: nos estamos dejando los cuernos para fabricar un reactor capaz de producir esa energía: la energía de las estrellas.

Pero no solo de hidrógeno y helio vive en Universo. Con el tiempo y una caña, larga, en el núcleo de las estrellas se crean otros elementos: primero el carbono –vital para la vida, valga la redundancia-, y todos los demás elementos químicos de la Naturaleza natural. También, les recuerdo, que hubo una época muy remota en la que ustedes tenían su residencia en el núcleo de las estrellas; bueno, sus componentes materiales más diminutos. Pero no se enteraban ya que ustedes no eran más que un billón de billones de quarks (el bicho material más pequeño) dispersos, haciendo el lelo por allí. Y es del corazón de las estrellas que se forman –y expulsan- todos los elementos que componen la materia, incluidos, por supuesto, nosotros. Ese proceso creador se conoce como nucleosíntesis. Conclusión: sin las estrellas no habría nada de nada de rien, o casi. Es por eso que constituyen uno de los objetos centrales de la astrofísica.

¿Y después qué? Bueno, señalar que todo el jodido vacío del Universo está lleno de unas aberrantes partículas subatómicas, que aparecen de no se sabe bien dónde (de las fluctuaciones cuánticas de campo, se dice), chocan entre ellas, producen otras partículas exóticas y desaparecen., en medio de campos de fuerza terribles. En el tiempo que ustedes pestañean, se produce en un mismo punto un billón de esas fantasmales operaciones.

Como fin del rollo macabeo, no puedo pasar por alto una derivación crucial de los ingredientes del Universo, por lo que respecta a nosotros. El Universo es una peculiar y muy precisa combinación de esos ingredientes: fuerzas-energías masas atómicas y tal. Si estas combinaciones variaran un pelímetro (unidad de medida científica equivalente a media cosica aragonesa), el Universo no sería igual ni nosotros estaríamos aquí. Verbigracia: si la interacción de los electrones con los fotones fuera diferente, no habría nada que rascar; o si los quarks se ajuntaran por parejas en vez de tríos: caca de la vaca; o si el carbono no tuviera esa capacidad de ligar con otros elementos, res de res. Iré más lejos o verbigracia: si la masa del sufrido electrón fuera mayor de lo que es, el Universo estaría concentrado como las pastillas de caldo y con unas temperaturas que imposibilitarían la vida y demás; y al revés: si la masa del electrón fuera más pequeña de lo que es, la materia del Universo estaría muy separada, con lo que la Vida tampoco sería posible. Y si en nuestra atmosfera variara una miaja, solo una miaja, la proporción de los gases que la componen, tampoco estaríamos aquí (ni allá). Ya ven, la vida se ha colado por una rendija pequeñísima del desorden universal. ¿O era el orden?

 

Mike Oldfield​ experimentó con el pop y el rock intrumentales con resultados desiguales.

https://www.youtube.com/watch?v=e80qhyovOnA

 

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Sobre l'autor

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Salvador Martínez. Jubilado inquieto y curioso, que se pasea por una de las más apasionantes fronteras del conocimiento humano. Ante notario ha dejado escrita la frase que debe esculpirse en su lápida funeraria: "Aquí yace un tipo que dedicó su vida a comprender este mundo y sus alrededores. Fracasó." Y otra debajo: "Es la primera vez que hago un viaje sin tener ni idea de adónde voy"
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