El Aplec del Caragol y el homo hábilis

El Aplec del Caragol y el homo hábilis

diumenge 17 de juny 2018 - 16:45 a dimarts 13 de novembre 2170 - 14:30
El Aplec del Caragol y el homo hábilis

(Como se ve en esta bonita foto, en el Aplec del Caragol se continúa practicando la dieta ancestral de los primeros homos. Una peña de homos hábilis se lo hubiera pasado de rechupete. Lástima que lleguen con dos millones y medio de años de retraso...).

Las especies del género homo, entre ellas la nuestra, son muy adaptativas, lo cual les da una ventaja evolutiva importante. En un principio no eran cazadoras, ni mucho menos. Se limitaban a recolectar frutos y frutas, raíces, hormigas despistadas –retengan eso, que ya veremos que es importante-, escarabajos a las finas hierbas y demás. Su código genético propiciaba hacia un vegetarianismo casi monacal, aunque ya empezaban a pillar proteínas en forma de insectos. Con el tiempo, y por estrictas necesidades de supervivencia en la sabana, los primeros homos amplían su dieta, y empiezan a zamparse otros animales. En esta primera fase carnívora, los humanos comen las sobras de los animales que han cazado los grandes predadores felinos. Es decir, que cuando ya habían comido los tigres, las hienas, los chacales y demás, aparecían los primeros humanos muy cautelosos y se merendaban lo que quedaba de la pobre cebra (a la que la Evolución le ha asignado un triste papel en el menú). Auténticos carroñeros más hambrientos que un maestro escuela. Vamos, que éramos los últimos pringados en el gran restaurante que es la Naturaleza.

(Un tipo llamado Charles Higham, divulgador de la cosa, afirma que nuestros ancestros más ancestrales, hábilis y ergasters, mataban bichos que después aprovechaban carroñeros como el león. La cosa tiene su guasa, ya que los carroñeros éramos nosotros, y los cazadores los grandes felinos. ¿Ande se ha visto un león carroñero de lo que cazó un tímido hábilis?).

También debían comer huevos de un pájaro y cualquier otra cosa que fuera digerible. Ampliar y diversificar la dieta –ser omnívoros- fue fundamental para la supervivencia y la adaptación de nuestros abuelicos.

Aprovecho la ocasión para desfacer algunos de los mitos que sobre la cosa difunden los hippies, eco-progres, adoradores del Sol y demás fauna exótica. No se cansan de machacar que los humanos han sido vegetarianos durante millones de años; y que nuestra naturaleza no está diseñada para comer carne. Craso error, fatua consideración, vana afirmación, absurda pretensión. El ser humano desde que Adán iba a la guardería ha sido omnívoro. Comía todo lo que le echaban y más. Todo lo que pillaba, para el buche. De lo contrario no estaríamos aquí para contarlo. ¿Se entiende la importancia de la cosa? Estaba dispuesto a comer piedras si se terciaba; a la brasa, eso sí.  La diversidad alimenticia es una de las claves de nuestra supervivencia: sin ella no existiría ni siquiera el procés

 

Mi buen amigo David Esterri, el genial Lo Pardal Roquer, compuso el brillante himno de Les Terres de Ponent.

http://locarranquer.blogspot.com/2014/06/soc-de-loest-lo-pardal-roquer-l...

 

 

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Sobre l'autor

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Salvador Martínez. Jubilado inquieto y curioso, que se pasea por una de las más apasionantes fronteras del conocimiento humano. Ante notario ha dejado escrita la frase que debe esculpirse en su lápida funeraria: "Aquí yace un tipo que dedicó su vida a comprender este mundo y sus alrededores. Fracasó." Y otra debajo: "Es la primera vez que hago un viaje sin tener ni idea de adónde voy"
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